Cada mañana nos levantamos para iniciar un día más en nuestras vidas. Un nuevo día ha llegado y debemos sentirnos afortunados de seguir existiendo. Cada día en este mundo es un regalo y tener la bendición de estar sobre la tierra no tiene precio.


Cuando nuestros días son felices, nos levantamos de buen ánimo, con ganas de hacer bien las cosas y trabajar para conseguir lo que deseamos. Habrá experiencias malas que nos darán ganas de quedarnos en cama para siempre. La rutina, el stress del trabajo, los exámenes, las cuentas, los compromisos son cosas que quizás tengamos que soportar y que motivaran a que cada día despertar sea algo no tan agradable.


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